Friday, April 18, 2008

Music is all around

Pocas veces me ha pasado que siento que estoy presenciando un cambio que de verdad va a revolucionar nuestras vidas o al menos una parte de nuestras vidas. Hablo de la música en formato digital y su socialización entre personas conectadas a la red.

Toda mi vida la he pasado en el esfuerzo feroz y económicamente desastroso de tratar de mantenerme al día en tendencias musicales, conocer nuevos grupos, descubrir nuevas tendencias o simplemente buscar "ese" disco que es absolutamente necesario para mi paz espiritual y para volcar mi estado de ánimo en algo que me haga sentir comprendido.

Ninguno de estos conflictos tiene ya validez. Basta con entrar en uno de aquellos portales (que no mencionaré aquí por pudor -hipócrita de mi parte, por supuesto- de los derechos de autor) donde las personas suben y bajan discos enteros, actuales, del pasado y del pasado remotísimo, cosas que uno nunca más pensó escuchar en la vida.

Yo sé que no corresponde hacerlo, que es ilegal, etc. etc. etc., pero cómo evitar acceder a algo que a uno le encanta, que está al alcance de la mano, y en vez de eso perder el tiempo yendo a la tienda de discos como se hacía antes, y hojear carátulas de CD sin ninguna posibilidad de buscar por género, o por año. Era casi mágico encontrarse frente a frente con el disco tan esperado, o toparse con un disco de tu grupo favorito que ni siquiera sabías que existía.

El problema es que como todo está disponible, como nada cuesta encontrar, como todo se puede bajar de internet, como siempre hay alguien dispuesto a subir o a venderte sin más trámite la música que necesitas, ésta comienza a perder valor. No digo que la música en sí misma no tenga valor, sino que la omnipresencia de discos y canciones hace que todo sea una gran ensalada de sonidos, que no permiten profundizar en los contenidos de cada expresión musical, o desarrollar el sentido que tiene una u otra canción o disco... todo a favor de una aproximación "casual" a la música. Me gusta este disco, pero en cinco segundos más termino de bajar este otro que es tan bueno como el anterior... o eso es lo que he leído.

Al final uno llega a la conclusión de que uno no necesita realmente tanta información, que no es necesario tener tanta música para satisfacer las necesidades que uno ha tratado de cultivar por tantos años.

Por eso lo que más valoro hoy cuando busco discos en este mar de nuevas melodías es alguien que diga cosas que tengan sentido, que se salgan de lo común, que apunten a otra parte, no a las mismas progresiones de acordes que han hecho ganar tanto dinero a tantos empresarios de la música. No es tarea fácil.