Wednesday, June 21, 2006

Hay que ser valiente para creer en la suerte

Fui a ver una muy buena película, Matchpoint, de Woody Allen. La historia gira en torno a la idea de que la vida de las personas es decidida a menudo por pequeños detalles que determinan grandes decisiones y consecuencias. De ahí el nombre de la película, es una referencia a esos partidos de tenis donde en el punto decisivo la pelota pega en la huincha de la red y dependiendo de mínimas fuerzas puede caer a uno u otro lado de la red, y por lo tanto determinar que el jugador gane o pierda el partido.
Pero la pregunta que se hace Woody Allen es mucho más ambiciosa. Lo que a él realmente le tortura es la idea de que ninguna de nuestras vidas y sus azares está en verdad gobernada por un sentido superior, donde una entidad universal (Dios, providencia, destino) se preocupa de que todo tenga un significado último, y que al final nuestras vidas no sean pequeñas ramas que flotan sin rumbo en la corriente de un río siempre cambiante, sino que tengamos una dirección, que nuestras vidas y muertes sean por una causa que nos supera como individuos, que nos haga ser algo distinto que entes mortales condenados a vivir un ciclo vital cerrado en sí mismo.
Como nota aparte, debo decir que me alegra que en sus últimas películas Woody Allen haya dejado de ser el típico neurótico neoyorquino, que lo llevó a hacer películas bastante olvidables en los últimos años. Hoy está convertido en una persona tal vez con menos sentido del humor, pero mucho más profunda y compleja en sus argumentaciones, como se ve en esta película y también en Melinda and Melinda.
Hace un par de años leí un artículo en la revista Times en que se exponían las últimas teorías en la expansión del Universo. Contrario a lo que muchos esperaban encontrar, se descubrió que la fuerza de expansión era superior a la atracción entre las galaxias, y que si la teoría se demostraba cierta, nuestro querido Universo estaba condenado a convertirse en un lugar frío, oscuro, con la materia que hoy forma estrellas y planetas cada vez más alejada entre sí, y sin ninguna posibilidad de contener vida. En el mismo artículo se citaba a Woody Allen, que no pudo dormir por semanas al darse cuenta de que todo lo que conocía y lo rodeaba desaparecería algún día, irremediablemente y para siempre. Sin plan divino, sin providencia, sin sentido trascendental.
Lo interesante, y lo que hace de Matchpoint una película actual, es que todo el mundo busca aferrarse a algo que le permita creer que hay algo más que le da sentido a la existencia, que la vida no es una sucesión de desayunos y almuerzos, de dormir y trabajar, de fines de semana y de vacaciones de quince días. Y la gente busca esto en todas partes: en las iglesias, en los hijos, en las nuevas tendencias new - age y en los charlatanes.
Woody Allen nos dice: olvídense de todo eso, nada tiene sentido, la vida sólo es una sucesión de momentos caóticos, y si ocurre algo extraordinario no significa que alguien o algo lo haya planificado así, sino que simplemente es suerte.
Y aquí viene la explicación del título de esta entrada: lo que quiero decir - y lo que me parece más interesante de esta no tan original filosofía Alleniana - es que es mucho más difícil vivir consciente de que nada responde a un sentido superior que continuar creyendo en cosmogonías divinas o en visiones trascendentales.
Si todo se acaba, si todo lo que alguna vez dio sentido inmanente a nuestras vidas, se diluye en la convicción de que todo es azar y caos, qué queda por hacer? La respuesta no es fácil, pero creo que se requiere de una gran fortaleza de espíritu para enfrentar esta verdad (si es que decidimos creerla). Lo único cierto es que probablemente nos tomaríamos las cosas con más calma, nos preocuparíamos menos de tonterías y trataríamos de ser felices como la única forma de realizarnos como individuos en este mundo de angustias y esquizofrenias. Incluso aunque el Universo termine por diluirse para siempre en la oscuridad del tiempo.

1 comment:

Sorecita said...

vaya...me habian dicho que era una buena pelicula pero la verdad es que ahora si que tengo ganas de verla...buen post

Saludos
Las Sores