Tuesday, November 03, 2009

No más acciones, queremos palabras

En estos tiempos donde campea la ley del más apitutado y donde gobernar se ha transformado en sinónimo de la búsqueda del poder por el poder, yo me pregunto: no será tiempo de volver a pensar como lo hacían los antiguos, cuando la falta de transparencia en la toma de decisiones estaba contrapesada no por un sistema de "concursos" y de "licitaciones" sino por otros conceptos, como la ética y el respeto a los principios?

Alguien por ahí decia que lo ético y lo estético eran dos caras de la misma medalla. La etimología dice otra cosa, en realidad son palabras que no están emparentadas. Pero como una unión de amigos, son (o deberían ser) una alianza poderosa. Lo ético es estético, y viceversa. En otras palabras, hacer lo correcto no sólo es justo, sino que también es bello.

No puedo dejar de pensar que ciudadanos como yo desencantados de los asuntos públicos de Chile necesitamos sentir que no sólo tenemos un gobierno eficiente, sino también un gobierno que ofrece una visión hermosa del futuro de Chile. Que no se deja doblegar por las conveniencias de lo inmediato para sacrificar lo correcto. Todos dan por asumido que hacer un buen gobierno es el medio para ganar una elección y acceder al poder, o bien para mantenerlo. Qué feo.

Pero cierto. Cualquiera que haya tenido la suerte y el privilegio de presenciar el triste espectáculo de escuchar a los políticos fuera de las cámaras, se da cuenta de que sus motivaciones no tienen nada que ver con la ética, sino simplemente con una ambición de poder y con un egocentrismo patológico. Los discursos, las peroratas en el parlamento y las frases hechas que disparan a través de los micrófonos de la prensa no son más que medios para cosechar aplausos fáciles y para demostrar (o aparentar) inteligencia y liderazgo.

"Los invito a soñar", le he escuchado decir a más de uno. Para seguir con una catarata de lugares comunes y sin ninguna originalidad vuelven a plantear ideas de corto vuelo. Suficiente para ganar la elección del mes que sigue.

Tal vez podríamos hacer una terapia de grupo con los políticos. Por ejemplo, hay un juego para cuando uno está muy aburrido, que se llama "poesía magnética", y consiste en hacer frases con palabras sueltas, cada una en plaquitas magnéticas que se pueden ordenar como uno quiera. Se puede unir por ejemplo "viento" con "madrugada". Por supuesto sale algo poco original, pero indudablemente bello.

El mismo juego se podría hacer con el tema del futuro de Chile, en vez de la poesía. Pero qué palabras tendrían que estar en las plaquitas magnéticas?

Propongo las siguientes: País - Multicultural - Bosques - Cordillera - Jóvenes - Crecimiento - Medio ambiente - Futuro - Energía - Campos - Ciudades - Puertos - Internacional - Idiomas - Salud - Hospitales - Escuelas - Recursos del Mar - Sociedad del Conocimiento - Distribución del Ingreso - Impuestos - Centrales Nucleares - Prioridades.

En palabras del viejo Hesíodo, estamos en una edad del hierro. Porque los candidatos no dan la talla de ninguna de estas palabras. Ni menos de los verbos que las debieran unir en un discurso que ilumine y que inspire, que nos haga creer que hay algo más allá de las alianzas del momento y de las ideas básicas que se usan como escudo para esconder el hambre de poder por el poder.

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