Tuesday, November 03, 2009

No more cars

He llegado a la conclusión que los autos son tremendamente perjudiciales para todos nosotros los seres humanos.
Los amantes de mascotas lo deberían saber. Cuando uno tiene un gato, tiene que comprar una serie de cosas que hacen que el peludo amigo se sienta a gusto: un lugar para el baño, arena para el baño (que debe ser removida para asegurar un ambiente limpio), comida para gato, un lugar para dormir (ojalá lejos del baño), agua fresca, pelotitas para jugar, etc. Es decir, cosas que hacen que un gato sea un gato. Cosas que lo definen en su naturaleza.
Qué tiene que ver esto con los autos? mucho. Porque mi conclusión después de mucho pensar en el tema es que los autos no forman parte de nuestra naturaleza como humanos. Si los humanos fueramos mascotas de otros seres más fuertes e inteligentes que nosotros, nuestros amos no pensarían siquiera en comprarnos un auto para que podamos expresar nuestra condición humana.
Afrotemos la realidad: los autos no son necesarios. La ropa es necesaria. Una casa es necesaria. Comer bien es necesario. Cultivar los gustos, aprender cosas nuevas, tener amistades. Esas son cosas necesarias.
Por supuesto que el agricultor que tiene su cosecha lista para ser llevada al mercado necesita un camión o algún medio de transporte eficiente para hacerlo. Y los niños que son llevados en el bus escolar todas las mañanas es también un movimiento de personas que requiere de algún medio de movimiento. Tal vez debería ser más específico: el auto de uso personal es innecesario. El manejar todos los días a la oficina por ejemplo es algo que hace un tremendo daño a la ciudad y por añadidura a todos.
No voy a referirme a los accidentes, que ya son una razón importante para evitar los autos particulares, ni tampoco a los atochamientos y al ruido que generan, al stress que significan, al costo de mantención, y muchos otros problemas que son inherentes al automóvil.
El auto tiene otros costos asociados que son mucho, mucho más graves. El auto nos impone un estilo de salud que a la larga es pobre. La gente ya se ha olvidado que la forma más natural de moverse de un lugar a otro es caminando, que si se asume como costumbre, es la mejor forma para mantenerse en un peso normal. Es algo evidente, pero las personas no parecen darse cuenta: el auto engorda.
La contribución del auto a la contaminación atmosférica es más reconocido, pero no por eso menos grave. El auto está en la base de la llamada "economía del petroleo", que ha sido la causante de la situación actual de gases con efecto invernadero, exceso de CO2 en la atmósfera y una contribución muy significativa al cambio climático. Y mientras esto sigue ocurriendo, seguimos usando el auto para todos nuestros movimientos.
La economía del petróleo por otra parte, tiene sus días contados. Yo espero verla desaparecer antes de desaparecer yo. En un horizonte de 30 o 40 años, los medios de energía con los que movemos las máquinas que a su vez nos mueven a nosotros, deberán ser reemplazados con otros que (todos tenemos la fé) sean más eficientes y más duraderos. Pero por ahora, tenemos que resignarnos a vivir en este mundo petrolizado y cuyas consecuencias son cosas tan cuestionables como las guerras de Irak, el ascenso del mundo árabe (rico en petroleo), Hugo Chávez, el cambio climático, por nombrar algunos.
Pero el petróleo se va a acabar, y muy pronto. Puede que se descubran otros yacimientos, pero es sólo una postergación de algo inevitable. Más aún si como indican las proyecciones, las demandas de energía son cada vez mayores, y los países se encuentran en dificultad para satisfacerla.
Y el auto? El auto como lo conocemos hoy también va a pasar a la historia. Es algo inevitable. Tal vez en el futuro no muy lejano se inventen nuevos tipos de autos, que funcionen con energía más limpia. Eso ya sería un avance. Pero dejaría sin solución un problema que afecta a muchas ciudades del mundo: ya no hay donde meter más autos de uso personal.
Roma es una ciudad bella, todos lo saben. Pero basta con salir del Foro Romano para encontrarse con calles atochadas de vehículos personales, y los autos estacionados construyen una fila perenne a lo largo de las veredas. Autos en doble fila, autos interrumpiendo el paso de peatones, autos por todas partes. Roma es un caso extremo. Pero es un vistazo a un futuro que nos espera en pocos años más, considerando que (crisis económica superada) más y más personas tendrán acceso a comprarse un auto de uso personal.
El auto tiene sus días contados. No es viable su crecimiento como bien de consumo en nuestras sociedades industrializadas y masificadas.
Entonces, si el destino está ya tan marcado, por qué no acelerar su desaparición?
Propongo el siguiente plan de acción:
1. No renovar nuestros autos. Cuando el auto de uso personal esté viejo, entregarlo a la chatarra y no comprar otro.
2. Convencer a todos nuestros amigos de lo anterior.
3. Iniciar una campaña internacional para que los gobiernos inviertan en sistemas de transporte público bueno, barato y eficiente. Sobretodo en trenes subterráneos, que son silenciosos y no afectan el espacio público en la superficie.
4. Construir más ciclovías y establecer incentivos estatales a la compra de bicicletas.
5. Obligar a los supermercados a tener servicios de envío a domicilio de las mercaderías. Algunos camiones de supermercados por las calles serían sólo un mal necesario (recordar que se trata de eliminar los autos de uso personal, no los de beneficio colectivo).
Yo invito a todos a sumarse a esta campaña.
Estoy seguro que nos hará más limpios, más saludables. Y más humanos.

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