Saturday, April 29, 2006

La energía de Chile

Yo estoy consciente de que la política significa en parte ceder en posiciones determinadas con el fin de lograr estabilidad y avanzar en agendas más prioritarias. Eso lo entiendo. También entiendo que una coalición de gobierno tenga que negociar con los grupos que lo apoyan y que no todo pueda ser presentado a la vez. Las iniciativas a veces deben ser debate nacional, y en aras de la transparencia y de la importancia que pueden tener los temas en cuestión se debe tener una agenda pública más o menos despejada para introducirlos y lograr un debate amplio.
Hasta ahí lo que entiendo. Lo que no puedo comprender es que un tema tan central como el energético, y en particular lo referido a energía nuclear, se vea hipotecado por el fundamentalismo ecológico. Y digo fundamentalismo porque no se trata de construir centrales nucleares mañana, pasado mañana o en dos años. No tenemos como país la capacidad de hacerlo. Se trata de coartar incluso que se debata sobre el tema.
Hace pocos días salió a la luz pública el compromiso del actual gobierno de Chile con grupos ecologistas en que a cambio de apoyo político, se eliminaría el debate sobre energía nuclear en la agenda del gobierno y, en un país presidencialista como éste, de la agenda pública del país.
Yo no soy un experto en energía nuclear. Pero sí me alcanza para saber que se trata de una alternativa tan válida como las demás. Francia depende de la energía nuclear para satisfacer la mayor parte de su demanda de energía. Europa y Estados Unidos también necesitan de ella. Se argumenta con razón que una gran preocupación son los desechos radioactivos, que perduran por miles de años. Pero es un aspecto que debiera dar lugar a un esfuerzo en inversión científica para hallar fórmulas para acortar los ciclos de reciclaje actuales, no para cerrar la puerta al debate.
Lo mismo ocurre con el temor a los accidentes nucleares. Chernobyl es un ejemplo que no significa que las plantas nucleares sean peligrosas en sí mismas. Sí estoy de acuerdo en que las plantas nucleares en el contexto de un estado totalitario, que se derrumbaba política y económicamente sobre sí mismo, con una larga historia de ineficiencia y corrupción, sí son peligrosas. Probablemente las represas hidroeléctricas en esas circunstancias también son peligrosas.
Y Chile, qué alternativa tiene? seguir dependiendo de sus vecinos, que han demostrado ser muy poco confiables para abastecernos de gas. O construir más represas, con el costo ecológico que ello tiene. Yo también protestaría por otra mega represa en la XI Región, o en la Región de los Lagos, probablemente de las zonas más bellas del mundo, y que sería afectada para siempre. Y plantas de ciclo combinado, con carbón? Sólo hay que pensar en los efectos invernadero para descartar esa opción sin mayor argumentos.
Entonces, qué nos queda? el no - desarrollo? creo que a estas alturas, nadie puede argumentar algo así. Yo quiero que Chile alguna vez sea un país desarrollado, sin pobreza, con una naturaleza respetada y con buena protección social. Para eso necesitamos recursos, que no van a caer del cielo. Necesitamos desarrollarnos de forma sustentable y para eso explorar todas nuestras alternativas en el tema energético es fundamental.
Al sepultar el debate sobre la energía nuclear estamos hipotecando nuestro futuro y nuestras potencialidades, y nos estamos condenando a ser un país limitado y con una fuerte dependencia de nuestros vecinos. Cuántos ejemplos más necesitamos para darnos cuenta de que no podemos basar nuestra seguridad energética en relaciones de confianza con nuestros países limítrofes? A prepararse, porque seguiremos siendo el hilo más delgado de las crisis internas de los países que nos rodean, y lo tendremos que lamentar.
Entretanto, mantenemos contentos a los líderes ecologistas y a sus ideas construidas sobre referentes dogmáticos. Y el futuro de todos nosotros cojea por la ignorancia de unos pocos.

1 comment:

Moira said...

Cabe agregar que el Gobierno venezolano se comprometió a abordar el tema de la energía nuclear en la próxima legislación, cuyo título tentativo sería "Ley de Servicio Eléctrico, Energía Nuclear y otras Materias". El de México, por su parte, planea lanzar un proyecto en el corto plazo (el país ya cuenta con una planta nuclear), y espera contar con una política definida al respecto en octubre de este año. Nuestros vecinos argentinos están construyendo ya una central que estaría lista en cuatro años. Y suma y sigue...

Concuerdo contigo en que existen riesgos, así como en que éstos dependen de la gestión y la responsabilidad con que se asuma el proyecto. ¿No nos creemos tan avanzados??

Vetando los temas antes de ponerlos siquiera en el tapete para dejar contento a un grupo de gente es una barbaridad.